Dentro de la categoría de bioestimulantes de origen no microbiano, los extractos de algas son una de las herramientas más eficaces para mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos, gracias a su contribución en la planta de cara a potenciar su tolerancia frente a estreses abióticos.

Si bien las algas pardas han sido tradicionalmente las más estudiadas y utilizadas, el interés agrícola por las algas rojas (filo Rhodophyta) ha crecido exponencialmente, revelando un potencial particular por su composición bioquímica diferencial y sus efectos fisiológicos en las plantas.

Estos insumos, de origen natural, se enmarcan perfectamente en las directrices de la Unión Europea, como las estrategias «De la Granja a la Mesa» y el «Pacto Verde», que impulsan una reducción de fertilizantes y productos fitosanitarios convencionales. En este contexto, los extractos derivados de algas rojas ofrecen una solución viable y eficiente para optimizar la nutrición de las plantas y fortalecer sus defensas naturales, contribuyendo a un sistema alimentario más resiliente y respetuoso con el medioambiente.

Clasificación y características de las algas rojas.

Las algas rojas, o rodófitas, constituyen un complejo y diverso grupo con más de 7.000 especies descritas, la mayoría marinas. Su color característico se debe a la presencia de pigmentos ficobilínicos (ficoeritrina y ficocianina), que enmascaran el color verde de la clorofila y les permiten realizar la fotosíntesis a mayores profundidades que otras algas, donde la penetración de la luz es limitada.

Desde una perspectiva botánica, se clasifican dentro del reino Plantae, aunque en un linaje evolutivo distinto al de las plantas terrestres. Su organización taxonómica es compleja, pero para fines agrícolas, las especies de interés se agrupan principalmente en las clases Florideophyceae y Bangiophyceae.

La composición de sus paredes celulares, ricas en polisacáridos sulfatados como el agar y los carragenanos, es uno de los rasgos más distintivos y de mayor interés agronómico. Son precisamente estos compuestos, junto con osmoprotectores, polifenoles, aminoácidos y precursores hormonales, los que confieren a sus extractos una potente actividad bioestimulante.

Especies de algas rojas destacadas en la bioestimulación.

La investigación y el desarrollo en el sector de los bioestimulantes para plantas han permitido identificar varias especies de algas rojas cuyos extractos aportan beneficios consistentes a los cultivos. A continuación, describimos algunas de las más relevantes:

  • La Kappaphycus alvarezii: Originaria del sudeste asiático, esta alga es una de las fuentes comerciales más importantes de carragenanos. Los extractos obtenidos de Kappaphycus alvarezii han demostrado mejorar la germinación de semillas, el desarrollo radicular y el crecimiento general de la planta. Sus oligosacáridos (fragmentos de carragenanos) actúan como elicitores, activando las defensas naturales de las plantas contra patógenos y mejorando su tolerancia a estreses como la sequía y la salinidad.
  • La Lithothamnium calcareum: A diferencia de otras algas, Lithothamnium calcareum es una alga roja coralina, que se caracteriza por su talo calcificado, extremadamente rico en carbonato de calcio y magnesio, así como en más de 30 oligoelementos. Su aplicación principal es como corrector de la acidez del suelo, pero su estructura porosa y su composición mineral lo convierten también en un excelente bioestimulante. Al aplicarse al suelo, mejora su estructura, favorece la actividad microbiana beneficiosa y proporciona una liberación lenta y sostenida de minerales esenciales para la planta, lo que se traduce en un mejor desarrollo radicular y una mayor asimilación de nutrientes.
  • La Asparagopsis armata: Esta especie, a menudo considerada invasora en el Mediterráneo, posee un perfil bioquímico de gran interés. Es rica en compuestos halogenados, polifenoles y otros metabolitos secundarios con actividad antimicrobiana y antioxidante. Los extractos de Asparagopsis armata están siendo investigados por su capacidad para proteger a las plantas contra ciertos patógenos fúngicos y bacterianos. Además, su aplicación foliar puede inducir respuestas de defensa en la planta, preparándola para futuros ataques y mejorando su estado fitosanitario general.
  • Y la Chondrus crispus: Conocida comúnmente como «musgo de Irlanda», esta alga del Atlántico Norte es otra fuente principal de carragenanos. Sus extractos son valorados por su capacidad para mejorar la tolerancia de las plantas a estreses abióticos, especialmente el estrés hídrico y térmico. Los carragenanos y otros compuestos presentes en Chondrus crispus ayudan a la planta a mantener el equilibrio hídrico celular y a proteger las estructuras celulares del daño oxidativo causado por condiciones ambientales adversas.

La eficacia de los extractos de algas rojas en la agricultura.

La eficacia de los extractos de algas rojas, como también ocurre en las algas pardas y algas verdes, no reside en un único compuesto, sino en el efecto sinérgico de su compleja matriz bioquímica.

La combinación de polisacáridos, aminoácidos, vitaminas, minerales y compuestos osmoprotectores genera una respuesta fisiológica integral en la planta. Esta respuesta se manifiesta en una mayor eficiencia en el uso de nutrientes, un sistema radicular más robusto y una capacidad mejorada para superar periodos de estrés.

Para los fabricantes de bioestimulantes agrícolas asociados en AEFA, las algas rojas suponen, mediante sus extractos, una fuente de materias primas de alto valor añadido. Con ellas y mediante sus formulaciones innovadoras, ponen en manos de los agricultores, soluciones innovadoras y eficaces para mejorar la calidad y rentabilidad de sus cultivos.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies