Su uso aumenta la eficiencia en la absorción de nutrientes y refuerza las defensas propias de la planta
* Algunos productos bioestimulantes se utilizan desde hace décadas, pero es ahora cuando se han estudiado sus reacciones químicas y se han demostrado científicamente sus efectos positivos en la planta.
* Los bioestimulantes, utilizados con sus dosis y momentos correctos, no encarecen los procesos de producción de cultivos. Por ejemplo, los aminoácidos se emplean para favorecer el metabolismo vegetal en grandes superficies de cereales.
* España es uno de los principales productores y desarrolladores de este tipo de productos. Las empresas de AEFA invierten más del 10% de su facturación en la investigación y desarrollo, con una importante base biotecnológica.
Desde los orígenes del hombre en los que descubrieron que la tierra podía ser una alternativa para su alimentación y, por tanto para su existencia, se practicó la agricultura nómada, en busca de tierras más fértiles y con mejores rendimientos, con esa práctica demostraban que los suelos estaban llenos de vida, microorganismos, hongos, bacterias y que provocaban la biofertilización para las plantas que allí se cultivaban. Por tanto, no es una técnica nueva, ha existido siempre. Lo que nos diferencia en la actualidad y desde hace 70-80 años atrás es el avance en la investigación. Ahora sabemos un poco más de cómo actúan estos microorganismos y cómo podemos incrementar su manejo para una mejora del suelo fértil.
Los bioestimulantes pueden ser o no de origen microbiano, son productos que actúan sobre la fisiología de la planta y por diferentes vías, proporcionando mayor vigorosidad al cultivo que, se traduce en un mayor rendimiento y calidad de las cosechas.
Los bioestimulantes protegen y mejoran las condiciones del suelo y potencian el desarrollo de microorganismos beneficiosos para el suelo.
Los bioestimulantes y los biofertilizantes son complementos para la nutrición de las plantas cultivadas, pero no inciden en el control de las plagas o patógenos. Su utilización sirve para mejorar la tolerancia al estrés abiótico, nunca biótico ya que, si así fuera, entrarían en la categoría de fitosanitarios.
La función de los biopesticidas, formulados con microorganismos, sí puede considerarse como defensores del cultivo frente a agentes externos.
Como he señalado al principio, los microorganismos han existido desde que la tierra comenzó a cultivarse, los nuevos tiempos y la demanda de alimentos nos llevan a una agricultura cada vez más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. La utilización de los fertilizantes que no tienen origen mineral aumenta la eficiencia en la absorción y utilización de nutrientes, por lo que se disminuye el uso de productos químicos y se aumentan las defensas propias de la planta. Con ello se reducen residuos, se obtienen alimentos más saludables y se disminuye el coste de las producciones.
Limitaciones constantes en el uso de fertilizantes de origen mineral y por tanto finitos, la restricciones en el uso de fitosanitarios, las políticas de apoyo a la sostenibilidad y a la economía circular, una sociedad cada vez más concienciada, productos novedosos con una eficiencia demostrada en los rendimientos de los cultivos, alta inversión y apuesta de las empresas por la I+D+i y por alta cualificación de sus técnicos y comerciales, en definitiva, un cambio en la utilización de inputs de lo tradicional a lo novedoso, fruto de la investigación.
Algunos productos bioestimulantes se utilizan en agricultura desde hace décadas, pero es ahora cuando se han estudiado las reacciones químicas que provocan en la planta y se han demostrado científicamente sus efectos positivos. Ejemplos de productos bioestimulantes son los aminoácidos, ácidos húmicos y fúlvicos, extractos de algas, compuestos inorgánicos como el aluminio (Al), cobalto (Co), sodio (Na), selenio (Se) y silicio (Si), algunos microorganismos…
Los productores de fertilizantes cada vez apuestan más por el desarrollo de este tipo de productos que complementan la nutrición vegetal convencional.
Una correcta utilización de los bioestimulantes agrícolas optimiza la nutrición y evolución de los cultivos a lo largo de la campaña. Además, si la planta está más sana y fuerte, se defiende mejor ante patógenos, permitiendo reducir el uso de ciertos fitosanitarios. La utilización de biofertilizantes necesita una correcta planificación y estudio de todos los productos para complementar la fertilización y los factores ambientales que inciden en los cultivos.
Los bioestimulantes están compuestos por diversas sustancias, que producen diferentes efectos según el cultivo en el que se apliquen. Incluyen, como ejemplo, desde el uso de extractos de algas en tomate para mejorar el desarrollo radicular y la calidad y tamaño del fruto, hasta la utilización de aminoácidos para favorecer el metabolismo vegetal en grandes superficies de cereales.
Dependiendo del producto y su tecnología, los bioestimulantes utilizados, con sus dosis y momentos correctos, no encarecen los procesos de producción de cultivos. Siempre, en todos los casos su función será el incremento de la producción y calidad de las cosechas, y con ello, el beneficio del agricultor.
Todavía no conozco ninguna técnica nueva que haya venido para pararse, siempre se ha mejorado y utilizado en la agricultura, por tanto, ante los retos que plantea el futuro, el agricultor también debe adaptarse a la llegada de productos novedosos, ya que está ampliamente demostrado que mejoran los rendimientos. Además, las empresas de AEFA cuentan con una amplia plantilla comercial de técnicos, dedicados al asesoramiento y divulgación tecnológica al servicio de los agricultores.
España es uno de los principales productores y desarrolladores de este tipo de productos. Las empresas de AEFA invierten más del 10% de su facturación en la investigación y desarrollo, con una importante base biotecnológica y expertos en sus plantillas altamente cualificados, para crear productos que aumenten los rendimientos y calidad de los cultivos. Nuestras empresas, con un importante carácter exportador poseen productos con una alta demanda y perfectamente implantados especialmente en Sudamérica, África y Oriente Próximo, y con una tendencia de expansión rápida en el resto del mundo.
Ha existido un vacío en el marco legal de los bioestimulantes en nuestro país y también en Europa, pudiéndose decir lo mismo de América del Norte y en general en todo el mundo, por este motivo la comercialización no ha sido fácil ni fluida.
El nuevo reglamento europeo recién aprobado, ¡por fin!, contempla los bioestimulantes y los reconoce como un grupo de fertilizantes. En concreto, en la legislación española, en el RD 999/2017, se incluye el Grupo 4.4 de productos a base de microorganismos que engloba sustancias con características y propiedades bioestimulantes.
Oportunidades: demostrada eficacia y transparencia de todos los componentes de sus formulados, la alta demanda por parte de los productores y también de las grandes cadenas de distribución de alimentos, la necesidad de productos que favorezcan la economía circular, sin residuos y produciendo alimentos sanos, seguros y saludables, Amenazas: Necesidad de alta inversión y desarrollo tecnológico, un mayor apoyo legislativo e institucional, necesidad de registro de productos con ensayos de eficiencia muy exigentes y de demostrada eficacia.
La nueva normativa entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europa (que se prevé para finales de mayo).
Tres años después, entrará en vigor el grueso del nuevo Reglamento y quedará derogado el actual Reglamento 2003/2003. Desde AEFA hemos participado activamente en la preparación de este nuevo Reglamento y estamos satisfechos. Damos la bienvenida a una normativa que apuesta por la sostenibilidad y la economía circular y que aporta un marco legal a los bioestimulantes.
A partir de esta norma, los bioestimulantes tendrán un marco legal armonizado que permitirá su venta segura bajo el amparo del marcado CE. Por ahora, en el apartado de microorganismos, todas las empresas de AEFA estamos trabajando muy activamente para que sean aprobados un gran número de productos incluidos en el grupo 4, referido a los microorganismos.
Con la nueva legislación europea, la clasificación de los fertilizantes se realiza en Categorías Funcionales de Productos, dónde los bioestimulantes están contemplados en uno de los grupos definiéndose como ‘Bioestimulantes de la Planta’ y pueden ser de dos tipos, dependiendo si son o no de origen microbiano.
Entre otros, los grupos de bioestimulantes serían: Ácidos húmicos y fúlvicos; Aminoácidos y mezclas de péptidos; Extractos de algas y plantas; Quitosanos y otros polímeros; Compuestos inorgánicos; Hongos; o Bacterias beneficiosas.