Reguladores de crecimiento para plantas.

El término reguladores de crecimiento también conocidos como fitorreguladores, engloba a cualquier compuesto orgánico natural o de síntesis que, en pequeñas cantidades, promueve, inhibe o modifica cualitativamente el crecimiento y desarrollo de la planta de forma similar a como lo hacen las fitohormonas.

Una fitohormona u hormona vegetal se define como una sustancia orgánica, distinta de los nutrientes, activa a muy bajas concentraciones, a veces producida en determinados tejidos y transportada a otro tejido, donde ejerce sus efectos, pero también puede ser activa en los propios tejidos donde es sintetizada.

El funcionamiento general de un vegetal requiere de ciertos mecanismos que le permitan regular y/o coordinar las diferentes actividades de sus células, tejidos y órganos. Al mismo tiempo debe ser capaz de percibir y responder a los cambios de su entorno.

Entre los posibles mecanismos de regulación, el más conocido es el sistema de mensajeros o señales químicas. Esta comunicación química se establece fundamentalmente a través de las hormonas vegetales.

Tipos de reguladores de crecimiento.

Las denominadas hormonas vegetales del grupo «giberelinas» están implicadas en diversos procesos biológicos, como la elongación de las células que se traducen en un crecimiento del tallo, ahijado, encañado, la floración, fructificación, y germinación de semillas.

La deficiencia o ausencia de giberelinas en algunas especies de plantas resulta en un crecimiento de tamaño enano. Por eso en muchos cultivos se utilizan giberelinas sintéticas para incrementar el estiramiento de las células o para adelantar la floración.

Para promover el crecimiento.

Para promover el crecimiento, con el fin de dar a las plantas una forma más o menos compacta, a menudo se hace uso de reguladores de crecimiento para plantas que aseguran la inhibición o la estimulación del crecimiento.

El alargamiento de las células de flores y plantas se inhibe o se estimula, por lo que tienen un crecimiento más o menos longitudinal. De esta manera se puede influenciar a propio criterio el crecimiento de la planta y de los tallos de flores. Además, genera una floración más uniforme y se estimula la ramificación.

Para mejorar el enraizamiento.

Para mejorar el enraizamiento, ya que muchos de los problemas de cultivo son causados por el uso de esquejes que no forman suficientes raíces y, por lo tanto, son de calidad inferior.

Con el empleo de reguladores de crecimiento que estimulan el enraizamiento, los esquejes forman más rápido y más fácilmente raíces de mejor calidad. Esto permite que los esquejes puedan absorber mejor los nutrientes y el agua, generar más energía y obtendrán una mayor defensa contra enfermedades.

Retrasar la maduración.

Si durante un ciclo de cultivo se retrasa la maduración, se pueden utilizar reguladores de crecimiento para acelerar esa maduración.

Estos reguladores pertenecen al grupo de hormonas de estrés o de envejecimiento con que se obtienen frutos que estarán listos para la cosecha en menos tiempo.

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