Materia orgánica para la agricultura.
La materia orgánica procedente de residuos de plantas y materiales animales, está hecha de compuestos tales como los carbohidratos, ligninas y proteínas.
Los microorganismos descomponen la materia orgánica en dióxido de carbono y los residuos más resistentes en humus. Durante el proceso de descomposición estos microorganismos pueden llegar a fijar nitrógeno del suelo.
La materia orgánica y el humus almacenan muchos nutrientes del suelo, mejorando su estructura, ayudando a prevenir la erosión y aumentando la capacidad de retención de nutrientes y agua.
¿De qué depende la cantidad de materia orgánica del suelo?
La cantidad de materia orgánica del suelo depende de la vegetación, el clima, la textura del suelo, el drenaje del mismo y de su laboreo. Los suelos minerales con mayor contenido de materia orgánica son normalmente los suelos de praderas vírgenes.
Los efectos agronómicos de la transformación de la materia orgánica en el suelo están relacionados preferentemente con la velocidad con que esta evoluciona y con el equilibrio alcanzado entre los procesos de formación y degradación, humificación y mineralización de la misma.
Esta dinámica de la fracción orgánica, se va a traducir en una mayor o menor disponibilidad de nutrientes y sustancias bioactivas para cubrir las necesidades del vegetal, en una proporción mayor o menor de fracción humificada y en un efecto favorable o desfavorable sobre todos los parámetros ligados con la fertilidad y conservación de los suelos de cultivo.
Fuentes de materia orgánica.
Cuando hablamos de fertilización orgánica, nos referimos a un conjunto de técnicas basadas en el aporte de productos orgánicos procedentes de fuentes de la propia explotación o del exterior. Estos, además de proveer al suelo de elementos químicos de naturaleza mineral, generan una reserva de humus, aportan sustancias fisiológicamente activas, y actúan positivamente si las condiciones son favorables, sobre todos los parámetros relacionados con la fertilidad, productividad y sostenibilidad de los suelos de cultivo.
Tradicionalmente, las principales fuentes de materia orgánica para la agricultura han sido los estiércoles, el purín, la gallinaza y palomino, el humus de lombriz, turbas, algas marinas, restos vegetales, así como restos orgánicos de procedencia doméstica, urbana o industrial.
El estiércol.
El estiércol es la mezcla de la cama de los animales y sus deyecciones sólidas y líquidas, que ha sufrido fermentaciones más o menos avanzadas en el establo y después en un proceso de compostaje en el estercolero.
El purín.
El purín está constituido por los orines que fluyen de los alojamientos del ganado o los líquidos que escurren del montón de estiércol, recogidos en una fosa convenientemente situada y gestionada.
La gallinaza y la palomina.
La gallinaza es una mezcla de excrementos de las gallinas, con los materiales que se usan para cama en los gallineros, mientras que la palomina procede del excremento de las palomas.
El humus de lombriz.
El humus de lombriz, denominado también como «vermicompost», es el resultado de la transformación de materiales orgánicos por las lombrices.
Actualmente existen en el mercado los fertilizantes orgánicos comerciales en formulación líquida o sólida, en forma de extractos húmicos o fúlvicos, enriquecidos o no con elementos minerales, o abonos orgánicos de actividad biológica variable.
El valor fertilizante del estiércol dependerá lógicamente de su contenido en:
- Materia orgánica.
- Clase y estado de la misma.
- Su contenido en elementos minerales.
- El proceso de síntesis o transformación de los mismos, etc.