Según un nuevo estudio realizado por el UCL (University College London) Pond Restoration Group y publicado en Agriculture, Ecosystems and Environment, revela que la restauración de espacios de tierras de cultivo puede ayudar a salvar a nuestros polinizadores en declive.
El estudio pone en evidencia que los insectos polinizadores como las abejas, moscas, mariposas, escarabajos, avispas, polillas, mosquitos y hormigas, por ejemplo, interactúan más con las plantas en estos espacios de cultivo bien administrados que con aquellos que están gravemente cubiertos por árboles, según este nuevo estudio dirigido por investigadores de la UCL.
Este estudio se viene realizando desde 2014. El equipo de investigación ha estado trabajando con el Norfolk Ponds Project, ayudando a poner en práctica la restauración de estos espacios, denominados estanques, con el objetivo de mostrar cómo la conservación y la agricultura pueden trabajar juntas.
Al explicar el estudio, el autor principal, el investigador de doctorado Richard Walton (UCL Geography) dijo que «durante varias décadas, se ha dedicado una gran cantidad de esfuerzo a la creación o protección de hábitats en las tierras de cultivo del Reino Unido, para tratar de detener las dramáticas disminuciones en los insectos polinizadores”.
En este tiempo, muchos de estos espacios agrícolas (estanques) se han transformado para crear más tierras agrícolas, mientras otros han quedado a la merced de la invasión natural de árboles y arbustos. El resultado de estos últimos es la creación de una cubierta de vegetación que los hacen oscuros e inhóspitos, lo que lleva a una disminución en la diversidad de especies.
En el caso de España, en este contexto de protección a la fauna, entre la que se encuentran los insectos polinizadores, son cada vez más las explotaciones agrícolas que incorporan en su gestión agrícola la creación de espacios perimetrales, zonas entre cultivo y en el caso de frutales la cubierta vegetal entre líneas, cultivados de especies destinadas a este fin.
A su vez, estas zonas estratégicas funcionan como nidarios y reservorios para mantenerles el espacio vital necesario en momentos críticos para ella. Por ejemplo durante los cambios de cultivo agrícola, invernación, etc.