Sustrato de cultivo
Cuando nos referimos a un sustrato de cultivo, se entiende que estamos ante un suelo prefabricado, que según sus características va orientado a diferentes mercados: cultivo sin suelo en horticultura, semilleros, cultivo hortofrutícola en contenedor, sustratos para plantas ornamentales en maceta, flor cortada en tablas, jardinería, bricojardinería, etc. incluso, llegado el caso, los propios sustratos de cultivo pueden ser utilizados como enmiendas orgánicas para las mejoras de tierras.
El sustrato de cultivo, como sustituto de la tierra de campo, comparte con ésta la función de ejercer de soporte físico para el anclaje y correcto desarrollo del sistema radicular de la planta.
Sus características físicas y químicas pueden ser ajustadas en su totalidad durante su fase de fabricación, también llamada de formulación. La elección de la o las materias primas, junto con el aporte de un fertilizante como abonado de fondo así lo permite.
Un sustrato de cultivo elaborado con una sola materia prima no implica que sea un sustrato simple. Por ejemplo, cuando se trata de uno elaborado a base de fibra de coco para cultivo hidropónico, aun pudiendo estar compuesto 100% de este material, en él se incluyen diferentes porcentajes de tamaños de fibra para permitir que se actúe sobre su capacidad de retención de agua, aireación, etc.
Algunas de las materias primas utilizadas para elaborar sustratos de cultivo en diferentes porcentajes son:
- Para cultivo en hidropónico. Lana de roca, perlita, vermiculita, fibra de coco, arena, grava, etc.
- Para semilleros. Turba rubia, turba negra, fibra de coco, perlita, abono de liberación controlada, etc.
- Para cultivo en maceta. Igual que en caso anterior, pero con mayor granulometría. También se suele utilizar ecofibras procedentes de resto de podas y compost.
- Para sustratos de bricojardinería. Son sustratos en los que además de las materias primas antes mencionadas, se recurre en un gran porcentaje, según su uso final, a otros materiales como arcilla expandida, restos de poda compostada, arcillas, tierra de campo, corteza de diferentes árboles, etc.
En todos los casos, el éxito de un sustrato de cultivo dependerá en gran medida del manejo que se le dé por parte del cultivador.