Existen diferentes tipos de fertilizantes agrícolas según su origen y cada uno de ellos tiene sus propias ventajas e inconvenientes por sus características de fabricación y modo de uso en la agricultura.
A los fertilizantes orgánicos también se les conoce como abonos y son de origen animal o vegetal.
La desventaja de los fertilizantes orgánicos es que sus nutrientes son menos solubles y la planta tarda más en absorberlo. Por otro lado, su principal beneficio es que el empleo de fertilizantes orgánicos mejora el estado del suelo y favorece la retención de agua y nutrientes. Por este motivo, se utilizan sobre todo en la agricultura ecológica o en aquellos programas de manejo sostenible.
Algunos tipos de fertilizantes orgánicos son el estiércol procedente de diferentes fuentes de ganado animal (oveja, gallinaza, palomino, purín, etc.), el compost y los abonos verdes entre otros.
La necesidad de disminuir la dependencia de productos químicos artificiales en los distintos cultivos, está obligando a la búsqueda de alternativas fiables y sostenibles.
En la agricultura ecológica se le da gran importancia a este tipo de abonos y cada vez más, se están empleando en cultivos intensivos. No podemos olvidar la importancia que tiene el mejorar algunas características físicas, químicas y biológicas del suelo y, en este sentido, este tipo de abonos juega un papel fundamental.
Con estos abonos, aumentamos la capacidad que posee el suelo de proveer a las plantas de los distintos nutrientes que estas necesitan.
Los abonos orgánicos tienen propiedades beneficiosas sobre el suelo: