Fertilización equilibrada del cultivo.
Cuando el agricultor tiene recursos financieros limitados o no dispone de crédito garantizado, cuando la tenencia o propiedad de la tierra es insegura, y si, por ejemplo, la urea u otro fertilizante nitrogenado se ofrece en el mercado a un precio por unidad de nitrógeno comparativamente atractiva, el agricultor – esperando un inmediato y evidente beneficio – aportará a sus cultivos exclusivamente fertilizantes a base de nitrógeno.
A corto plazo esta es una decisión lógica. Consecuentemente, la mayoría del aumento del consumo de nitrógeno a escala mundial ha respondido al uso de urea.
Pérdidas de nutrientes.
Además de la eliminación a través de los cultivos, los nutrientes se pierden aún más por lixiviación, erosión, fijación en las partículas del suelo, etc. Las pérdidas de nutrientes causadas por desnitrificación, volatilización y lixiviación natural son inevitables, aún con las mejores prácticas agrícolas.
Tal preferencia desequilibrada o sesgada puede ser justificada en suelos ricos en fosfato, potasio y todos los otros elementos secundarios y los micronutrientes necesarios en una forma disponible para las plantas. Sin embargo, los rendimientos más altos tomarán mayores cantidades de los otros nutrientes (principalmente fósforo y potasio) del suelo. De este modo, los rendimientos crecientes a través de aplicaciones de nitrógeno solamente agotan los suelos de los otros nutrientes.
Suelos agotados.
En todos los suelos agotados, que han sido cultivados por períodos prolongados, además de las inevitables pérdidas, una fertilización desequilibrada en favor del nitrógeno es no solamente contraria a las buenas prácticas agrícolas, es también una pérdida de trabajo y de capital, es dañina para el Medio Ambiente y no es sostenible. De allí que sea necesaria la fertilización equilibrada para un uso óptimo del fertilizante.
Las plantas son como las personas: una dieta equilibrada es necesaria y no es suficiente comer excesivamente de una clase de alimento. Si la dieta es desequilibrada, los seres humanos eventualmente se enferman. Más aún, las plantas no pueden moverse para buscar los nutrientes que le faltan. En consecuencia, las condiciones deben ser tan favorables como sea posible en las inmediaciones donde crecen.
Por ello, es fundamental mantener el pH del suelo a un nivel óptimo a través de enmienda cálcica o de aplicación de yeso (en suelos alcalinos), y suministrar materia orgánica, agua y una fertilización equilibrada.
Fertilización equilibrada.
En consecuencia, para algunas prácticas agrícolas, la fertilización equilibrada esencialmente significa una oferta de nitrógeno, fósforo y potasio en relación con las reservas del suelo, los requerimientos y los rendimientos esperados del cultivo, con el agregado de azufre, magnesio y microelementos donde sea necesario.