Cuando nos referimos al cultivo de abono verde en un contexto agrícola, lo hacemos como referencia a la siembra normalmente de leguminosas y otras plantas herbáceas, para ser enterradas en el campo y que actúe como fertilizante orgánico.
Son una práctica agrícola sostenible y respetuosa con el agroecosistema y el medioambiente, siendo utilizada tanto en el ámbito de la horticultura como el de la fruticultura.
Además, es un tipo de cultivo de cobertura que permite incorporar nutrientes y materia orgánica al suelo. Estos cultivos no tienen como fin directo su consumo humano o animal, sino incorporarlos a la tierra como fertilizante, en este caso, también denominado fertilizante verde.
Épocas de cultivo del abono verde.
Estos cultivos se realizan en períodos concretos del año, en coordinación con la programación de cultivos para su producción y venta, en los que en un estadio concreto del mismo son segados, secados… e incorporados al suelo mediante equipos de labranza.
Concretando fechas, realmente hablamos de estaciones del año. Las siembras realizadas durante el otoño, suele ser de mezcla de un cereal rústico, varias leguminosas autóctonas y mostaza blanca. Su desarrollo es durante el invierno y se incorporan al suelo en primavera.
En el caso de las siembras realizadas durante la primavera, hay mezclas comerciales que incluyen cereal rústico, de dos a cuatro leguminosas autóctonas, mostaza blanca y facelia. Se desarrollan durante primaveral y se incorporan al suelo durante el verano.
Ventajas del abono verde.
El cultivo de abono verde, según las especies utilizadas, cumplen múltiples funciones como, por ejemplo, la mejora y la protección del suelo. En más detalle, el cultivo de fertilizante verde aporta:
- En el caso de las leguminosas utilizadas para abonos verdes hacen una fijación nitrogenada.
- Incrementan el porcentaje de biomasa en el suelo.
- Los sistemas radiculares de algunas de estas especies crecen profundamente y acercan a la superficie recursos de nutrientes indisponibles para los cultivos comunes.
- Su cultivo previene la erosión del suelo y la compactación.
- Y si se les deja florecer, crean un importante ambiente para insectos polinizadores.
Especies utilizadas como fertilizante verde.
Cuando nos referimos al cultivo de abono verde, en realidad nos referimos a cultivo de diversas variedades juntas, mezclas de semillas agrícolas con las que se consigue la producción de biomasa en poco tiempo y una fácil descomposición una vez incorporadas en la tierra.
Entre las especies utilizadas en esta práctica agrícola, se encuentran el haba, haboncillo, títaros, almortas, vezas, yeros, alholva, alverjas, alverjones, alfalfa, esparceta, zulla, tréboles y carretones, por ejemplo.
Las empresas dedicadas a la producción de estas semillas, trabajan variedades tradicionales y semillas nativas producidas a partir de poblaciones silvestres. Este hecho garantiza su rusticidad y desarrollo sin abonado ni riego.