En el marco de los bioestimulantes, los microorganismos endofíticos en la agricultura, vienen siendo motivo de estudio, especialmente por sus múltiples perspectivas de implicación en la mejora del desarrollo de las plantas.

Endofto, etimológicamente ‘dentro de la planta’ y phyton ‘planta’, componen el término endofíticos que propuso Heinrich Anton de Bary en 1866 para describir a hongos que viven en el interior de las plantas. De origen alemán, fue cirujano, botánico, microbiólogo y micólogo, considerado fundador del estudio de las enfermedades vegetales o fitopatología y pionero en el estudio tanto de los hongos como de las algas.

Si bien, el término se refería inicialmente a cualquier organismo que colonizara el interior de los tejidos de las plantas, fue sobre 1995 cuando se restringió, en especial, a microorganismos como bacterias y a hongos, siempre que no provocasen daños aparentes a las plantas hospederas.

En la actualidad, el interés por los microorganismos endofíticos ha aumentado enormemente debido a que son productores de metabolitos secundarios novedosos y con diversas actividades biológicas, permitiendo a la industria formada por las empresas especializadas en la formulación de productos agronutricionales, bioestimulantes y de biocontrol, incorporarlos a sus programas de I+D+i.

Como consecuencia directa, en poco tiempo se irá ampliando la incorporación al mercado de novedosos productos, componiendo un catálogo de herramientas cada vez mayor a disposición del agricultor, con el que pueden conseguir mejoras en sus cultivos de forma más sostenible y saludable.

Cultivo de microorganismos endofíticos

Un sistema microecológico especial.

Partiendo de la base que estos microorganismos endófitos habitan prácticamente en todas las plantas sin causarles síntomas aparentes de enfermedad, factores como su estrecha relación hongo-planta, la capacidad de estimular la síntesis de importantes metabolitos secundarios, la incidencia de estos en modificar los mecanismos de defensa de su planta huésped, … Estos hongos endófitos son una fuente potencial de metabolitos secundarios bioactivos con utilidad en agricultura, además de la industria farmacéutica.

Conforme avanzan en su estudio, se ven como un recurso biológico vital, que, en el caso de la horticultura y fruticultura, tiene aplicaciones para promover el crecimiento, así como la mejoran en la resistencia a enfermedades, plagas y estrés ambiental.

Este potencial de los microorganismos endófitos, da lugar a un microecosistema vegetal en el que se desarrollan en forma de comunidades multicelulares, pudiéndose considerar como un sistema microecológico especial.

Los metabolitos secundarios.

En la biología vegetal existen dos tipos de metabolitos: los primarios y los secundarios. Los metabolitos primarios son aquellos que, como su nombre lo indica, son esenciales para el crecimiento, desarrollo y reproducción de la planta.

En cambio, los metabolitos secundarios, a pesar de no ser indispensables para la supervivencia de la planta, cumplen funciones ecológicas cruciales que les permiten adaptarse y defenderse en un entorno cambiante, que como hemos adelantado contribuyen a mejorar la resistencia a enfermedades, plagas y estrés ambiental.

Hay aspectos que los hacen muy especiales, como su diversidad química, presentando una destacada variedad de estructuras químicas, dando lugar a miles de compuestos con propiedades únicas. Estos interactúan en la planta en sus diversas funciones ecológicas, como, por ejemplo, la atracción de polinizadores, el repeler a herbívoros, la protección contra patógenos, tolerancia al estrés ambiental, e incluso la competencia con otras plantas.

Algunos ejemplos vinculados a las funciones de metabolitos secundarios en las plantas, están los terpenos y terpenoides, que intervienen en el aroma y sabor característicos a muchas plantas, atrayendo polinizadores y repeliendo herbívoros.

También sus compuestos fenólicos, que ayudan a proteger a las plantas de la radiación UV, el estrés ambiental y las enfermedades. Por ejemplo, los flavonoides, un tipo de estos compuestos fenólicos, son antioxidantes y tienen propiedades antiinflamatorias. Y los alcaloides, compuestos nitrogenados con potentes efectos fisiológicos.

Con todo ello, los metabolitos secundarios son esenciales para la planta en diversos ámbitos estratégicos: regulación del crecimiento, la autoprotección como la defensa biológica, o como la respuesta al estrés abiótico. Su avance en el conocimiento por parte de la industria fabricante de productos agronutricionales, bioestimulantes y de biocontrol, promete ayudas para abordar los cultivos ante retos como mejorar la rentabilidad, reducir productos químicos de síntesis, incidir en la sostenibilidad y aumentar la resiliencia ante el cambio climático.

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