¿Qué es un análisis foliar?

El análisis foliar es la verificación de un diagnóstico visual que nos permite la identificación de las deficiencias o excesos de nutrientes en la planta en un momento determinado de su ciclo vegetativo. Se trata de un análisis químico de los nutrientes contenidos en los tejidos vegetales.

Se puede establecer que una mayor disponibilidad de un nutriente en el suelo, se traduce en una mayor concentración de este nutriente en la planta. Pero esto no siempre es así, ya que la disponibilidad de un nutriente en el suelo no implica su correcta absorción. Factores como la temperatura, humedad del suelo, pH del mismo, estado de salud de la planta, etc. interfieren considerablemente su absorción.

Cómo tomar muestras para un correcto análisis foliar.

Para obtener unos datos fiables, es muy importante tomar las muestras correctamente. Esta se realiza sobre varias partes de la planta, representando a la población general.

La parte de la muestra de la planta, el número de muestras tomadas y el estado fenológico de la planta, son los factores más importantes a considerar cuando se toma las muestras para su análisis foliar.

Es importante el evitar tomar muestras de tejidos vegetales fisiológicamente más jóvenes, así como de los tejidos muy viejos porque no suelen ser representativos.

Qué pasos a seguir para una correcta toma de muestras.

A la hora de recoger unas muestras, lo primero es conocer bien la parcela de cultivo, observando si hay zonas de mayor o menor crecimiento y/o producción, la coloración general en las hojas, si hay suelos atípicos, etc.

Si hay muchas diferencias, es conveniente marcar las zonas extremas y tomar muestras en ellas separadas.

Identificadas las excepcionalidades, cada zona muestreada debe ser homogénea en la que se tenga en cuenta que se cultiva la misma variedad, poseen el mismo vigor y que se realizan las mismas prácticas culturales.

En cuanto a la época más adecuada para la toma de muestras, puede diferir según la especie. Por ejemplo, en España, en el caso del aguacate se recomienza hacerla sobre los meses de septiembre y octubre, mientras que en cereales o el granado, es sobre el mes de abril.

La cantidad de hojas suele estar sobre las 100, deben ser nuevas y estar completamente desarrolladas. Deben recolectarse de las partes medias de los brotes del año. Se recomienda que la recogida de muestras sea sistemática, cubriendo toda la parcela y mediante un recorrido en zigzag.

Se debe evitar la recogida de hojas cercanas de caminos o lugares que por el polvo puedan interferir en el correcto estado de las hojas.

En el caso de haber realizado algún tratamiento fitosanitario, hay que dejar que transcurran de 10 a 15 días. Respecto a su recogida, se recomienda hacerse a primera hora de la mañana.

¿Cuántos análisis foliares se deben hacer?

Según los expertos, se recomienda que, al menos, se realice un análisis foliar al año.

Con ellos, por una parte, se puede determinar con más exactitud la eficiencia de la fertilización de la campaña anterior, y por otra, determinar las necesidades de fertilización futuras.

En definitiva, poder saber si el fertilizante que se ha aplicado ha sido efectivo y por consiguiente, averiguar qué nutrientes le faltan o le sobran a nuestra planta para su buen desarrollo.

Si bien el análisis foliar suele ser una herramienta muy importante en el diagnóstico del estado nutricional de las plantas para resolver problemas en el campo, dado que los resultados dependen de muchos factores, se recomienda llevar a cabo otras pruebas como por ejemplo el análisis de suelo, a fin de llegar a las recomendaciones de fertilización más adecuadas.

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