¿Qué es la solubilidad de los fertilizantes?

Entre las principales propiedades químicas básicas de los fertilizantes están la solubilidad, el índice de salinidad, la acidez o basicidad residual y el pH de la solución saturada.

La solubilidad es una propiedad fundamental en los fertilizantes de síntesis, ya que, es en ella donde reside la mayor o menor disponibilidad de los nutrientes por parte de las raíces de las plantas en el suelo.

En general, se entiende que un abono soluble está en capacidad de liberar nutrientes del estado sólido, no aprovechable para la planta, al estado iónico requerido para su absorción. Por consiguiente, en principio habría que aceptar que la disponibilidad potencial de los nutrientes en un fertilizante está en relación directa con el nivel de solubilidad del gránulo portador. Por ello, la solubilidad en agua constituye un parámetro universalmente aceptado como criterio de aprovechabilidad del fertilizante.

Fertilizantes hidrosolubles.

Los fertilizantes que exhiben un nivel significativo de solubilidad en agua se denominan hidrosolubles. Sin embargo, este no es el único criterio válido, pues también se reconoce la solubilidad en citrato de amonio neutro o en ácido cítrico como índice de disponibilidad del P en los abonos fosfóricos.

Los abonos con baja o nula solubilidad en agua, pero con alta solubilidad en citrato o ácido cítrico se denominan citrosolubles, siendo el ejemplo más conocido el caso de las escorias thomas y el del fosfato bicálcico.

Evidentemente, la solubilidad y, por tanto, la aprovechabilidad del fósforo de los fertilizantes hidrosolubles es mayor que la correspondiente a los citrosolubles. No obstante, bajo determinadas circunstancias, los citrosolubles pueden resultar de igual o mayor eficacia agronómica que los hidrosolubles.

La solubilidad inherente al portador nutricional del fertilizante, constituye tan sólo uno de los factores que inciden en la intensidad con que ocurre el fenómeno de disolución del fertilizante en el suelo. Otros factores involucrados son la disponibilidad de agua en el suelo, las características físicas del suelo, la temperatura o tamaño y tipo de partícula.

Así mismo, el contenido de humedad en el suelo es el factor definitivo para que tenga lugar la disolución del fertilizante.

Las plantas no podrán utilizar los nutrientes aplicados, mientras no se cuente con el agua requerida para generar la liberación de los iones nutritivos hacia lo que se conoce como la solución del suelo. De allí que el plan de abonado, cuando no se dispone de riego, debe estar supeditado y circunscrito a las épocas o previsiones de lluvia.

Son numerosas las características físicas, químicas y mineralógicas del suelo que influyen en la disolución del fertilizante, pero una de las más conocidas es también la reacción del suelo o pH.

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