Debemos sentirnos orgullosos del sector de los agronutrientes, es uno de los pocos sectores que no ha sido arrasado por la crisis. Se podría pensar que su dependencia del sector alimentario ha evitado el desastre, pero no ha sido así. Este último año 2011 ha sido complicado para la agricultura en nuestro país (España), la falta de tirón del consumo junto con unas condiciones climatológicas adversas, han provocado una bajada del consumo de productos agroquímicos en nuestro país.
Pero como decimos, los agronutrientes son un sector de vanguardia y quizás por ello, la reducción de trabajadores y el cierre de empresas ha sido evitado por el aumento de las exportaciones, que han mantenido el nivel de ventas e incluso ha contado con mercados emergentes con tirón de consumo, especialmente en Latinoamérica.
Todo ello es posible gracias al alto nivel competitivo de las empresas españolas especializadas en agronutrientes. Un ‘paseo por los puntos de venta’ de Latinoamérica, Norte de África, Oriente Medio y Europa nos sorprenderá al ver que los productos ‘made in spain’ son los que más abundan y los más apreciados. En este campo no nos ganan ni alemanes ni franceses ni estadounidenses.
¿El motivo? una agricultura de regadío de las más antiguas del mundo y con años de experimentación y desarrollo por parte de las empresas que suministraban a este sector, puntero en España en los años 70, 80 y 90.
Aun así, necesitamos por parte de la administración una política de apoyo a las inversiones en I+D para consolidarnos en líderes del sector, así como más recursos para despejar las dudas que siembran la falta de resolución de registros de OMDF. Tampoco debemos olvidar la demanda del sector de la producción de productos naturales y de bajo riesgo, que podría llegar al mercado de la mano de la reciente directiva de sanidad vegetal, que contempla la existencia de productos de bajo riesgo con un coste de registro que podría ser asumible por las PYMES del sector de los agronutrientes. Para ello, la ayuda de la administración será imprescindible, coordinando los esfuerzos de las empresas españolas con la Comisión Europea.
Esperemos pues que los nuevos cambios políticos en nuestro país impulsen estos proyectos, que seguro reportarán beneficios y satisfacciones a la industria española.
Mientras tanto, el colectivo de fabricantes de agronutrientes seguirá demostrando que es un sector de vanguardia, haciendo llegar sus productos a aquellos mercados que demande calidad tecnológica.
Fernando Feliu Sendra
Presidente de AEFA