¿Qué es el fraccionamiento en el abonado?

Entendemos por fraccionamiento en un abonado, el reparto global de la fertilización para un cultivo en función de las exigencias o extracciones esperadas.

Este dependerá de las condiciones climáticas y edafológicas de la parcela y de las prácticas de cultivo, en especial de la época de siembra, el sistema de riego, la densidad de las plantas y en general, las características del crecimiento del cultivo y en particular de la variedad.

En el fraccionamiento del fertilizante a emplear hay que tener en cuenta la influencia e importancia de la lixiviación o volatilización y cuáles son las mayores necesidades de los diferentes cultivos según el estado de desarrollo vegetativo, así como en cualquier fase del estado fenológico que requiera un aporte nutricional.

Fraccionamiento del nitrógeno.

Un plan de abonado con alto fraccionamiento está especialmente indicado para terrenos arenosos y con escasa profundidad, donde las pérdidas de nitrógeno por lixiviación son normalmente elevadas.

El primer abonado de fondo, se efectúa mediante aplicación superficial y posteriormente debe ser incorporado al suelo con una labor superficial que lo sitúe en el entorno del sistema radicular.

El resto de las aplicaciones de fertilizantes nitrogenados pueden ir disueltas en el agua de riego o incorporadas al suelo en forma mineral con un riego posterior, cuando se apliquen en la superficie del suelo.

En cualquier caso, los riegos que van acompañados de una incorporación de abono, deberán efectuarse con un bajo volumen de agua para evitar las pérdidas por percolación en suelos con exceso de drenaje.

Siguiendo como ejemplo, en manejo de fertilizantes nitrogenados, se deberá ajustar la dosis de abonos nitrogenados a las necesidades de la plantación y a la eficacia de asimilación de los mismos, estimadas para cada tipo de suelo.

Se aplicará el abonado con el mayor grado de fraccionamiento posible, especialmente en suelos muy permeables o poco profundos, evitando efectuar el abonado nitrogenado en invierno y en otoño.

Se recomienda utilizar formas amoniacales para el abonado de primavera y fraccionar el abonado de verano al menos en dos mitades cuando se aplican en forma de nitratos.

Regularmente, se realizarán análisis foliares anuales para comprobar que la plantación se mantiene en un nivel nutricional óptimo.

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