Los empresarios asistentes a la reciente Asamblea General de AEFA 2024, celebrada el 28 de noviembre en Valencia (España), han contado con la conferencia de Manuel Pimentel sobre el sector agroalimentario, aportando claves para el futuro inmediato del sector.
Manuel Pimentel, en calidad de invitado por AEFA, fue presentado por Jesús Paniagua, vicedecano del COIAL (Colegio Oficial de Agrónomos de Levante), quien resaltó su figura como ingeniero agrónomo, exministro de Trabajo, ex diputado autonómico, escritor y propietario de una editorial, entre otros logros.
La situación y evolución agrícola durante estas últimas décadas.
En su exposición, Manuel Pimentel repasó la situación y evolución agrícola durante estas últimas décadas y cómo, partiendo de su conocimiento, poder aventurarse a prever su evolución en un futuro inmediato.
Han sido muchos los puntos de atención expuestos, que si bien, aparentemente algunos de ellos son inconexos, nada más lejos de la realidad. A continuación, exponemos algunos.
El precio de la cesta de la compra a nivel europeo.
Uno es el precio de la cesta de la compra a nivel europeo por fijar la reflexión, tan cuestionada actualmente por el alza que está experimentando. Pimentel recordó que, por poner una fecha de referencia, en la década de los 60, el valor medio asignado a ella por una familia suponía más del 60 % de sus ingresos en muchos casos.
Si se analiza, vemos como actualmente es muy inferior y hace pocos años incluso menos de la mitad: nunca la comida ha sido y es tan económica. Hasta tal grado que la sociedad la percibe como un bien que no corre peligro y está asegurada simplemente porque sí.
Percepción de la agricultura por la sociedad.
Otro punto es la percepción y sensibilidad de la sociedad sobre la agricultura. Tan evidenciada y valorada durante la pandemia, en poco tiempo ha vuelto a pasar al olvido.
Ante la queja de por qué a nivel político se toman decisiones que apuntan a retirar la producción agrícola del campo europeo y desplazarla a otros países de otros continentes, la respuesta puede estar en el reflejo de lo que pide la propia sociedad de forma inconsciente.
Una sociedad asentada y que avanza en la calidad de vida, en el bien estar, con sentimientos de sensibilidad hacia el cuidado del medioambiente, la naturaleza, etc. le gusta «pasear por el campo si ver invernaderos«, «campos que no contaminen los acuíferos«, etc. Esta postura, al margen de mostrar un desconocimiento profundo de la profesión, contribuye a que se cultive en otros países y su entorno «sea más idílico«.
Pues bien. Los políticos implantan leyes que dan respuesta a estos movimientos sociales, que una vez implantadas, a su vez vuelven a ser criticadas. Pero eso sí, que en los lineales de compra estén siempre llenos.
Incidencia de la globalización el sector agroalimentario.
La globalización, en el ámbito de la producción en general, tal y como puntualizó Pimentel, coincide en época con la caída del muro de Berlín. Durante ese tiempo las producciones comenzaron a desgeolocalizarse para ser cultivadas en mayor volumen. Como consecuencia, y en caso de la producción de frutas y hortalizas, sé y están dando, en aquellas zonas geográficas a nivel mundial que, por factores sociales (capacidad de mano de obra y coste), terreno disponible, clima, infraestructura de enlace logístico, etc. lo permitan.
Paralelamente a ello, ha entrado en juego la gran distribución y logística, que permite flotar aviones, barcos, trenes, camiones, que en su conjunto, permitan poner un determinado producto desde su centro de producción al de su venta en tiempo récord.
Y el consumidor es quien, con su exigencia de disponer, por ejemplo, naranjas disponibles los 365 días del año, «alimenta» que se dé esta realidad.
La alimentación en Europa ya no es un producto elitista. Ha pasado a ser infraestructura, como la luz, el agua, internet, telefonía, las carreteras, etc. son de uso cotidiano y se perciben como tal.
El crecimiento del sector de los agronutrientes y bioestimulantes.
Todos estos movimientos, sociales, legislativos, geográficos, etc. afectan directamente a los fabricantes de insumos para la producción agrícola, entre ellos, a los fabricantes de agronutrientes, bioestimulantes, biocontrol y demás, que deben trabajar hacia una agricultura de más precisión, sana, compatible con el medioambiente y alimente tanto a las personas como a la ganadería, de la cual también se sustenta la sociedad.
Por ello y como avanzamos, la intervención de Pimentel, tras analizar la situación del sector agroalimentario en la actualidad y en comparación con otros momentos históricos, su conclusión vaticina un crecimiento del sector de los agronutrientes y bioestimulantes, que actualmente se encuentra en una etapa de transición hacia productos y soluciones con alto valor tecnológico.