Los agricultores siempre han vivido mirando al cielo, porque de la climatología depende su cosecha, su vida, en definitiva.
Este año agrícola que estamos despidiendo, se ha “cebado” con los agricultores, a las escasas lluvias de primavera, le siguieron en esa época las heladas y posteriormente el pedrisco, dejando los cultivos arrasados y las producciones por debajo del 50%, especialmente en las dos mesetas, aunque la sequía ha sido general, sólo tenemos que observar el nivel de los pantanos de todas las cuencas, por debajo de sus mínimos históricos, incluso los del norte.
Las ayudas que proceden de los estamentos oficiales no son nunca suficientes para paliar los gastos que supone la implantación de las cosechas y sobre todo afrontar la cosecha siguiente.
Por si esto fuera poco, los precios de los productos agrarios han descendido significativamente, comparativamente con el año anterior, provocando una rebaja en la renta de la agricultura española.
Desde AEFA queremos dar ánimos a nuestros agricultores, que son conscientes de que la naturaleza “les da y les quita” y que afortunadamente las nuevas tecnologías pueden paliar en parte los daños sufridos por las inclemencias climáticas. Las 50 empresas que componen AEFA, disponen de productos Bioestimulantes agrícolas que ayudan a fortalecer los cultivos y reparar, en parte, los daños causados.
Estos insumos, aplicados en su momento idóneo, sirven para minimizar la deshidratación de los tejidos, para la protección de membranas, la mejora de la nutrición y el aumento de la biomasa ayudando a las plantas a minimizar los efectos adversos por heladas.
Los bioestimulantes agrícolas son compuestos orgánicos (extractos de plantas, algas, bacterias y hongos beneficiosos) que contienen un amplio rango de compuestos bioactivos capaces de mejorar el uso eficiente de los nutrientes y así ayudar a nuestros cultivos a ser más tolerantes a las condiciones climáticas adversas.
Existen formulaciones de Bioestimulantes que incorporan aminoácidos, son fácilmente absorbidos y traslocados por los vegetales, ayudando a recuperar el normal funcionamiento de la planta, activando e impulsando el metabolismo del vegetal, la producción de raíces o la regeneración de los tejidos.
El uso de microorganismos beneficiosos se ha asociado a una mejora del crecimiento y del rendimiento de los cultivos. Normalmente, se asocia una mayor asimilación, por diferentes mecanismos, sobre todo de N, P y K cuando los cultivos son inoculados. Además, promueven también el incremento de hormonas endógenas de las plantas o ayudan a la absorción de otros nutrientes (como el Fe). Algunos microorganismos favorecen un mayor desarrollo del sistema radicular, y por ello son de gran utilidad para combatir los estreses. Es lo que sucede con las bacterias del género Bacillus, por ejemplo. La aplicación de ácidos húmicos favorece también el desarrollo radicular y el aumento del rendimiento.
Existe una necesidad de la aplicación de este tipo de insumos en la agricultura actual y no sólo cuando el clima es adverso.
La agricultura moderna requiere un balance entre alta producción con un máximo de seguridad para los consumidores, agricultores y el medio ambiente. Generalmente los Bioestimulantes agrícolas son biodegradables, no tóxicos, no contaminantes y no dañinos para la fauna auxiliar, y tienen un plazo de seguridad mínimo, sin residuos para el cultivo ni para los frutos. Por todo ello, se presentan como productos con muchas ventajas a la hora de proteger y favorecer al correcto desarrollo de nuestros cultivos frente a elementos adversos, como pueden ser los daños por heladas. Además, son compatibles con todos los tipos de agricultura, desde la convencional hasta la ecológica.
En definitiva, una herramienta imprescindible para nuestros agricultores que ven mermadas sus cosechas por el impacto climático.
Victorino Martínez Puras
Director General de AEFA