Salinidad

Salinidad del suelo

Concentración de sales en el agua.

El factor de la salinidad o concentración de sales en el agua, es uno de los criterios más influyentes para juzgar la calidad de las aguas de riego.

La mayor o menor concentración de estas en disolución en el suelo, afecta de forma decisiva en el esfuerzo de succión que debe realizar la planta para absorber el agua.

Cuando disolvemos un fertilizante en el agua de riego, modificamos algunas características químicas de ésta. Un ejemplo de ello es el aumento de su contenido salino y, por tanto, su conductividad eléctrica. Con ello empeora su calidad desde el punto de vista de efecto osmótico.

Para controlar la influencia en el aumento de la conductividad eléctrica del agua de riego, sobre todo en fertirrigación, debemos determinar la dosis máxima (en gramos por litro) de cada fertilizante a incorporar al agua de riego. En todos los casos, hay que tener en cuenta la conductividad inicial del agua.

Las sales pueden encontrarse en varios estados en el suelo: precipitadas, en solución y retenidas en el complejo de Cambio (adsorbidas).

El equilibrio entre estos tres estados es muy variable y depende de diversos factores como por ejemplo los factores externos, que determinarán si el grado de sales precipitadas es mayor que el de sales disueltas, o viceversa. Así, durante el periodo seco disminuye el número de sales en solución del suelo, mientras que durante el periodo húmedo, aumenta el número de sales precipitadas en forma de cristales o adsorbidas.

De cualquier forma, aun con aguas buenas, es preferible aplicar el abono en su cantidad definitiva, en el mayor número posible de veces.

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